TIEMPO DE RECONSTRUCCIÓN

UN PEDIDO DE ORACIÓN INNEGOCIABLE 

«Oren también por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer sin temor el misterio del evangelio.» Efesios 6:19 NBLA

Como creyentes siempre es importante tener en mente distintos motivos que nos impulsen a orar. Sabemos que Orar, en pocas palabras, es hablar con Dios y en el evangelio de Mateo 6:9-13 tenemos la oración modelo que Jesús nos dejó de referencia.

Cuando hablamos de oración y predicación del evangelio el apóstol Pablo es un ejemplo para nosotros, la Iglesia. Su llamado al anuncio de la buena noticia de salvación era su mayor objetivo mientras se encontraba en vida. La pasión de este hombre y su amor por aquellas almas que aún no conocían de Dios es un gran modelo a seguir y tener en mente cada día de nuestro peregrinaje en esta tierra.

En el texto que hoy meditamos quisiera destacar su gran voluntad al pedir que la Iglesia, en este caso la Iglesia de Éfeso, ore por él para que pueda continuar con su ministerio de la evangelización. Cuando conocemos su historia, sus luchas, las pruebas que tuvo que enfrentar y aún si recordamos aquello que le pidió a Dios mismo que le quitara de su vida (2 Cor. 2:7-9) es asombroso descubrir que de su propio corazón solo anhele que su boca se llene más y más del mensaje del evangelio y pida que las oraciones de sus hermanos sean dirigidas a Dios en esa dirección. (Podría haber aprovechado a pedir muchas otras cosas).

Creo que esto puede ser un gran impulso para nuestras vidas al meditar en todas aquellas peticiones diarias que le hacemos a Dios. De seguro, al igual que yo, día a día le pedimos algo, poco o mucho a Dios. Pero amado hermano ¿Le estás pidiendo a Dios que llene tu boca de su evangelio? Iglesia, que en este tiempo Dios despierte un anhelo y deseo profundo por la proclamación de su evangelio. Que su Espíritu, en cada una de nuestras peticiones nos impulse a orar por salvación utilizando nuestra boca y ejemplo de vida como fiel testimonio de Cristo. Oremos para que nuestra mente esté permeada por la palabra de Dios y que su Espíritu nos utilice para alcanzar a aquellos que aún han de ser salvos (Hch 2:47).

Bendecida semana, Pr Denis.

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