CUANDO LA NOCHE SE CONVIERTE EN MI DEVOCIONAL
Si se enojan, no pequen; cuando estén en sus camas examinen en silencio sus corazones. Salmos 4:4 NVI
Cuando el corazón de David estaba confundido y angustiado por causa de sus enemigos, se vuelve al Señor en oración, buscando ayuda, consuelo e intercediendo por la causa que lo aflige.
Normalmente en el salmo 4 tenemos la promesa de dormir confiados porque Dios nos da Paz en tiempos de caos (Sal. 4:8) y evidentemente la idea del Salmo nos invita a pensar en lo que hacemos cuando vamos a dormir o descansar.
David no estaba pasando sus mejores días y al tener en mente todo el contenido del Salmo damos por sentado que los problemas del día le estaban quitando el sueño por la noche. Pienso en esto y a la verdad muy similar a lo que suele suceder con nosotros en nuestros días. Existen días/semanas muy difíciles, situaciones que nos desorientan y en ocasiones adversidades o vivencias diarias que nos pueden llevar al insomnio, ya sea cuando vamos a dormir o cuando nos despertamos en varias ocasiones por la noche sin descansar correctamente.
Es muy significante el consejo que lanza David en este Salmo donde nos invita por lo menos a realizar 2 cosas.
1- Que nuestros enojos (de las circunstancias) no nos lleven a pecar.
2- Que al momento de estar en nuestras camas reflexionemos en las intenciones de nuestro corazón.
Obviamente, habrás notado que ambas ideas están conectadas y tienen el fin de llevarnos al arrepentimiento al considerar si hemos pecado en nuestro enojo, o si en ese tiempo que meditamos el Espíritu Santo marca algo en nuestro corazón que hicimos durante el día para poder pedir perdón y reconciliarnos con el Señor.
Hermano querido, la idea del salmista es invitarnos a reflexionar sobre el día que tuvimos y preguntarnos ¿Qué hicimos? ¿Cómo reaccionamos ante tal situación? ¿Por qué estamos inquietos y no podemos descansar?
El ejercicio de esta meditación nocturna nos ayudará mucho a evaluar si estamos confiando plenamente en Dios en aquellos asuntos difíciles. También nos invita a ponernos a cuentas con el Señor y hasta en ocasiones a pedirle perdón a alguien que hemos lastimado y creo que por último, este ejercicio, nos invita a pedirle al Señor un nuevo día donde podamos superar las falencias del día anterior.
Bendiciones, Pr Denis.
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