PROHIBIDO OLVIDAR
«Hijo mío, no te olvides de mi ley». Proverbios 3:1a
Es maravilloso descubrir cuánta profundidad encontramos en el libro de Proverbios, según Salomón en el capítulo 1:3 dice que fueron escritos para entender sabiduría y doctrina. Después de Jesús, Dios en su soberana voluntad destacó a este hombre como el más sabio de todos los tiempos y considerando esta premisa debemos admirar este libro tan enriquecedor para nuestra vida espiritual cotidiana.
La enseñanza de Salomón en este capítulo inicia con una advertencia: “hijo mío, no te olvides de mi ley”.
Ciertamente, da por sentado que somos olvidadizos, nuestra mente muchas veces navega por diferentes sitios, pero en pocas oportunidades recordamos la ley (hoy para nosotros la ley es la palabra de Dios). El Señor una y otra vez le dijo a su pueblo antes de poseer la tierra prometida: “Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios” (Dt. 8:11a). Para el Señor es muy importante que lo tengamos presente cada día y durante el día. Dios espera que sus hijos una y otra vez estén pensando y meditando en todo aquello relacionado a su reino (Mt 6:33).
¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DE ESTA ADVERTENCIA?
Esta advertencia tiene el fin de mantenernos prevenidos sobre ciertos riesgos, cuando observamos el pasaje en su contexto vemos que la finalidad de mantener nuestra mente puesta en el Señor será de gran bendición en diferentes aspectos de nuestra vida para no caer en esos caminos torcidos y malos que Salomón describió previamente. En otras palabras: “el que olvida tomará rumbos equivocados”.
¿CÓMO HACEMOS?
Necesitamos renovar nuestra mente (Romanos 12:1) de una manera continua para desarrollar en nosotros el hábito de recordar quienes somos en Cristo y de esta manera buscar siempre estar en la posición correcta tomando decisiones conforme a la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios. Recuerda siempre su palabra y medita en ella con la ayuda y guía del Espíritu Santo. (lee Salmo 1:1-3)
Ánimo, Dios te bendiga. Pr Denis.
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