Que no falte un «GRACIAS»
«Y sean agradecidos». Colosenses 3.15 C
Con el paso del tiempo hay cosas que dejen de usarse, algunas por obsoletas o superadas, pero otras muchas simplemente por descuido o cambios sociales, culturales que muchas veces no son superadores por más que parezca «normal».
Cuando era chico era normal escuchar la expresión: «GRACIAS» a lo que uno respondía con un: «DE NADA», ese «GRACIAS» era (es), una de mostración de gratitud.
Por definición, gratitud es: «sentimiento que obliga a una persona a estimar el beneficio o favor que otra le ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderle de alguna manera».
En estos tiempos donde se defienden derechos la gratitud y su expresión se ha perdido, el esposo cree que la esposa debe actuar de cierta manera y viceversa, los hijos creen que los padres tienen obligación de darles, un jefe cree que un empleado tiene el deber de hacer y hasta un cristiano piensa que Dios tiene la obligación de actuar en su favor.
Esa actitud hace que el «GRACIAS» sea una expresión en desuso, la Biblia nos enseña a ser agradecidos en todas las circunstancias, cuando va bien y cuando va mal, eso es muy desafiante, pero hoy quiero detenerme en cosas más simples.
Muchas perdemos el verdadero valor de las cosas, nos centramos en nosotros, nuestros derechos (reales o no) y nos salteamos ser verdaderamente agradecidos.
¿Cuándo fue la última vez que le dijiste gracias a tu esposa por un mate?, ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste gracias a tu hijo por una buena acción? O ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste gracias a alguien que actuó bien con vos en la calle? ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste gracias Dios por despertar en la mañana?
El mandato que hoy leemos es: «SEAN AGRADECIDOS», debemos demostrar con nuestras palabras y expresiones verdadera gratitud, desde nuestros círculos más cercanos y hasta con Dios mismo.
Esta semana te desafió a que uses intencionalmente esta palabra, practica el sonreír y decir: «GRACIAS», vas a ver que te va a cambiar el humor, la actitud y el ánimo.
La gratitud genuina embellece el rostro, practiquémosla, muchas bendiciones.
Pr. Pablo
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