OPORTUNIDADES MAL APROVECHADAS
«Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora» LC 7.39
La semana pasada compartimos la misma historia donde un hombre respetado de la ciudad invita a Jesús a su casa, en medio de la reunión entra una mujer la cual no tenía la mejor reputación, pero hoy nos centraremos en la actitud del anfitrión en ese momento.
El dueño de casa se llamaba Simón, al ver a la mujer y su actitud ante Jesús saca a relucir todos sus prejuicios. Aclara la Biblia «dijo para sí», es decir, dijo en vos baja o en sus pensamientos, ¿Cuántas cosas quizás decimos de esta manera?
Sus prejuicios hicieron que Simón cuestionara la identidad misma de Jesús, es de destacar que era verdad lo que él expresa acerca de la mujer (ella era pecadora) lo que estaba errado era el corazón de Simón creyéndose mejor que ella.
Jesús sabía perfectamente quién era la mujer, pero él vino a dar oportunidades a personas como ella (como yo). Al entender Jesús los pensamientos de Simón le llama la atención, en aquella época cuando un invitado llegaba a casa se le lavaban los pies por la tierra del camino y así una serie de protocolos culturales los cuales Simón no había cumplido ninguno.
Simón estaba interesado que Jesús vaya a su casa simplemente por imagen social, religión, pero su corazón estaba verdaderamente lejos de Jesús. Simón desaprovechó una gran oportunidad por prejuicios, por aires de superioridad, por vivir de una religión fría, pero sin el corazón de Dios.
La historia termina con la mujer siendo la más bendecida de aquella jornada porque con toda sinceridad se acercó a Jesús, ella sí aprovechó la oportunidad.
Cada día es una oportunidad para acercarnos a Jesús, ¿Cuál será tu actitud la de Simón o la de aquella mujer? Jesús te espera a sus pies, no la desaproveches.
Bendecida semana. Pr Pablo
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