ENREDADOS
«Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas». Lucas 10:41
Mi abuelo Bautista dentro de sus trabajos que desarrollaba uno era el encuadernar libros, de esto hace varios años y la manera era muy artesanal. Recuerdo sus prensas de distintos tipos, los rollos de cuerina, una “grasa” que usaba para lubricar sus hilos, agujas, etc. pero lo que particularmente recordaba en estos días es haberlo visto muchas tardes sentado en su silla con ovillos de hilo hechos una maraña y él desenredándolos. Pablo (yo) la verdad que no sé si tendría la paciencia para hacerlo, mas vale tirarlo y agarrar otro, pero él se tomaba el tiempo, horas, buscaba la punta y estaba hasta que ese lío estaba resuelto.
¿Qué tiene que ver esto con nosotros hoy o con el pasaje?, muchas veces adentro nuestro tenemos esa maraña de cosas, enredo en los pensamientos, las emociones, aun en nuestra espiritualidad y eso se ve reflejado en nuestras acciones que también terminan todas enredadas.
Marta, el personaje del relato bíblico de hoy estaba haciendo cosas, buenas cosas, cosas necesarias, las cuales hasta ella cree que son suficientes para hacerle un planteo a Jesús: «Hey no me ves todo lo que hago», era real su esfuerzo, pero Jesús vio más profundo e internamente y vio «turbación», es decir, no vio paz, orden, equilibrio, sino todo lo contrario. Marta estaba «afanada», es decir, enfocada en mil cosas, pero que demostraba un desenfoque de lo verdaderamente importante.
En el principio de todas las cosas nos dice la Biblia que todo estaba desordenado y Dios se encargó de ir acomodando cada cosa porque el Él es especialista en desenredar nuestros enredos internos.
Jesús le dio la salida a Marta diciéndole: «Pero solo una cosa es necesaria». ¿Una sola cosa?, ¿es tan fácil?, yo pensé que había que hacer muchas cosas para ordenar este lío interno, pero no, «una solo cosa», frenar, reconocer el desorden y estar cerca de Jesús oyendo su voz.
En nuestra humanidad es más fácil hacerlo a nuestra manera y creer que simplemente corriendo, «manejándolo» es suficiente, podemos tener argumentos como los tenía Marta, pero si necesitas desenredar cosas internas es necesario «solo una cosa», estar cerca de en serio de Jesús. Él te está esperando.
Bendecida semana, Pr Pablo.
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