ESTOY FRENTE A MI
«Traten a los demás como ustedes quieran ser tratados, porque eso nos enseña la
Biblia». S. Mateo 7:12 (TLA)
Una de las vivencias más hermosas que puede experimentar cualquier ser humano es ser tratado de una manera correcta, respetuosa y cordial. No caben dudas que esta idea recién mencionada está presente en cada uno de nosotros, mucho más siendo cristianos. No creo haber escuchado a alguien que desee y/o busque ser tratado de una mala manera y seguramente usted que está leyendo tampoco.
A todos de alguna u otra manera nos gusta recibir un buen trato y amabilidad hacia nuestras vidas. En este pasaje bíblico encontramos una enseñanza de Jesús quien deja expresamente que debemos tratar a los demás de la misma manera que a nosotros nos gustaría que nos traten.
Creo importante aclarar que en este versículo no encontramos una promesa de que si actuamos como manda Jesús nos trataran bien, ni mucho menos que lo debemos hacer esperando que nos traten de la misma manera. Si no más bien, el Señor solo nos ordena que al hablar, pensar o tratar a alguien tengamos en cuenta que lo debemos hacer con la misma actitud con la cual nos gustaría que hagan con nosotros. Que importante esta premisa hacia nuestro prójimo y a la vez tan contractual cuando cada uno hace y deshace sin importar del otro.
Un ejemplo práctico sería tener en mente las maneras que me gusta que me hablen, me manden o me den una respuesta. Y seguramente cada uno de nosotros sabe muy bien como nos gustaría recibir el trato de los demás, entonces allí está el principio, de la manera que te gustaría que hagan contigo, debes hacer con los demás. La idea también es ponernos en el lugar del otro y “si a mí me toca tratarlo como me gustaría que hagan conmigo” creo que muchos de nosotros cambiaremos nuestras formas y/o maneras, sobre todo en aquellos casos donde las conversaciones se ponen difíciles de llevar y/o la comunicación es algo caótica y muchas veces salimos de nuestra cordialidad y respeto.
Insisto, nuevamente, que este versículo no nos promete una reciprocidad, lo debemos hacer más allá de cómo nos traten o respondan, pero sí nos indica algo bien concreto que debemos practicar hacia nuestro prójimo y todos aquellos que están cerca, en tratarlos tal cual deseamos que hagan con nosotros y de seguro nuestras relaciones interpersonales serán más sanas y productivas.
Cuando estés con alguien, sea quien sea, recuerda que al hablar o actuar debes hacerlo como si te lo hicieras a ti, de seguro tu actuar será diferente y podrás notar la importancia de este concepto bíblico del Señor que te ayudará en todas tus relaciones.
Dios nos ayude, bendiciones. Pr Denis
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