UN PUENTE QUE ME ACERCA A DIOS
No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Filipenses 4:6
En esta tierra inevitablemente tendremos aflicciones, el Señor Jesús claramente dijo que en este mundo tendremos este tipo de padecimientos y estoy seguro de que esta realidad la vivimos todos los creyentes en mayor o menor medida donde en el transcurso de la vida vamos atravesando distintas situaciones que nos afligen.
La aflicción es un puente que nos conduce al Señor y podemos observar que el versículo en el cual hoy meditamos nos invita a tener en mente por lo menos 2 cosas que quisiera resaltar:
1- No estar preocupados y
2- llevar esas preocupaciones al Señor
1- NO estar preocupados. Aunque podamos pensar que esto pareciera imposible (NO preocuparse), creo que lo más importante es que el autor de esta carta (inspirado por el E. Santo) nos lleva a reflexionar en la siguiente pregunta: ¿Qué hacemos nosotros con las preocupaciones? Claramente que vivir preocupado es sinónimo de que vivimos continuamente pensando en esas situaciones que nos afligen y es probable que vivir de esa manera no nos permita disfrutar del Señor y su bondad.
2- ¿podemos preocuparnos? Sí, es algo que nos ocurre a todos y en sí no está mal.
El problema lo encontramos cuando esas preocupaciones no las llevamos al Señor y convivimos con ellas a diario, por eso el autor sigue hablando y nos sugiere que si tenemos preocupaciones es un buen motivo para ir al Señor en oración y de esa manera no estar preocupados. La versión 1960 nos dice “que sean conocidas” esas preocupaciones, es decir que las presentemos en oración.
¿TE DAS CUENTA? Nuestras preocupaciones son un puente para rendirnos a Dios, ellas nos hacen ver cuánto necesitamos de ÉL. Entonces teniendo en mente esta idea podemos concluir que todas las preocupaciones y cosas semejantes tienen un fin y es que te puedas rendir (acercar) al Dios que gobierna todo y no está ajeno a tu situación.
Y antes de cerrar este devocional quisiera dejarte una aclaración: aunque le lleves tus preocupaciones al Señor, no tenemos ninguna promesa de que él solucionara todo aquello que te preocupa, sino que te sostendrá en medio de tu intranquilidad por medio de tu acercamiento a Él en oración.
Mientras haya motivos que me preocupan, entonces tengo motivos para ir a su presencia.
Dios sea tu fortaleza en esta semana, Pr Denis.
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