LOS TRES CHANCHITOS, UN CUENTO MUY REAL
«Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca». MATEO 7.25
Seguramente UD conoce el cuento de «Los 3 chanchitos», tengo una vivencia personal con este cuento clásico. Cuando Male era pequeña en esa etapa que los papas les contamos cuentos, en una oportunidad estaba contándoselo; el problema fue que entre chanchito y chanchito me quedé dormido y de golpe escuché esa vocecita que me dice: «Papá no te duermas que te falta un chanchito». Nunca me voy a olvidar de esa voz y de ese momento.
Más allá de la anécdota, este cuento clásico tiene muchas similitudes con la vida misma, los tres chanchitos habían construido su casa de distintos materiales: paja, madera o ladrillo. Las tres casas fueron desafiadas por el fuerte soplido del lobo feroz que quería comerse a los personajes del cuento. La casa de paja se deshizo ante la amenaza y los chanchitos tuvieron que huir, lo mismo pasó con la casa de madera. Aunque de apariencia más resistente, también se vino abajo ante el ataque del Lobo Feroz. La casa que se mantuvo seguros a los chanchitos fue la que estaba construida de materiales sólidos y fuertes.
Jesús usó una ilustración que podemos unir a este cuento; sobre toda persona, familia soplan fuertes vientos, se levantan enemigos que quieren doblegar. Eso es evitable, lo que es evitable es que la pérdida sea total. Para que vos, tu familia, pueda soportar los fuertes soplidos del “Lobo Feroz” es necesario construir de la manera correcta, Jesús lo llamo: «Construir la casa sobre la roca».
En el versículo anterior Jesús había dicho:
«Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca».
Quizás son tiempos de turbulencia, de incertidumbre, tiempos donde los vientos soplan con tanto ímpetu que pareciera que todo se rompe. Quizás vas corriendo a otro lugar más seguro (como aquellos chanchitos en dos oportunidades); la solución no es resistir, no es correr, sino ir a Jesús y seguirle verdaderamente, ese es el desafío y la invitación que Jesús te hace.Bendecida semana, Pr Pablo
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