PASCUA, LA HISTORIA ESCRITA MAL CONTADA
Estamos en fechas de reflexión, meditación y análisis. Sin dudas tener en mente los días de
la muerte, crucifixión y resurrección de Jesús ha de ser muy conmovedor para nuestro ser,
es un episodio muy significativo para todo creyente. Aquel carpintero que poco a poco fue
tomando protagonismo en las aldeas por medio de predicaciones y enseñanzas que lo
acompañaban de milagros y prodigios, empezó a tener grandes oposiciones de distintos
grupos religiosos y políticos a tal punto que lo empujaron hacia la muerte más dolorosa,
cruel y angustiante.
Jesús fue conocido como un gran maestro y profeta entre sus contemporáneos, muchos se
asombraban de sus enseñanzas y por otro extremo ponían en juicio su doctrina e inclusive
hasta su lugar de nacimiento si habría de salir alguien bueno de Nazaret, pero lo cierto es
que de ese lugar salió lo mejor y oportuno que este mundo necesitaba. Jesús, el mismo
Dios, en forma humana, descendió del cielo dejando su gloria y se hizo hombre para vivir
entre nosotros y mostrarnos el verdadero camino al cielo por medio de una vida santa e
intachable. Este Gran hombre es digno de ser llamado Hijo de Dios e Hijo del Altísimo
porque fue obediente a su Padre quien le encomendó una tarea sacrificial y redentora,
sufriendo desprecio, burlas, golpes, multitud de azotes, escupitajos y mucho más. Su
obediencia fue perfecta llegando a su fin en ese monte donde estuvo colgado de una Cruz
siendo inocente de todas las acusaciones, pero llevando la culpa de todos sus acusadores y
de millares de personas que en ese entonces y aun después de ese calvario iban a tener la
oportunidad de acceso al cielo por medio de su muerte y resurrección.
La hazaña de este hombre es la proeza de la vida que ningún otro podrá hacer ni realizar.
Adán y Eva, nuestros representantes en el huerto fallaron, la mujer fue seducida por la
serpiente antigua que es el Diablo y desde ese entonces la humanidad ha tenido un gran
problema que se llama pecado, pero también de ese día en adelante Dios puso en acción la
solución: su plan eterno de redención y salvación para todos los hombres. La humanidad se
encuentra caída en delitos y pecados, no hay ninguno que busque el bien y por nuestros
medios nunca podremos acercarnos a Dios, en otras palabras somos incapaces de hacerlo
porque un hombre pecador ama su pecado y el pecado lo distancia y aleja más y más de
Dios. Pero aun siendo pecadores, Dios envió a su hijo a la tierra a pagar el precio de
nuestra maldad y morir en lugar de nosotros. Jesús fue ese cordero llevado al matadero
para dar su vida a favor de nosotros. Amado lector, tu pecado es una infracción frente a las
leyes morales de Dios (no robarás, no mentirás, no codiciarás, no cometerás adulterio ni
siquiera en tu corazón, no te harás un dios falso…), este resultado negativo en haber
infringido su ley (haber mentido/robado/codiciado/tomar el nombre de Dios en vano, etc.) son las pruebas suficientes de que somos culpables y ante un Juez Justo merecemos la muerte como condena porque la palabra de Dios dice: “el alma que pecare esa morirá y que la paga del pecado es muerte” y lamentablemente con nuestras fuerzas nunca podremos
saldar esa deuda ni tampoco vivir conforme a los principios de Dios, no hay nada que
podamos hacer humanamente ni siquiera multitud de rezos, sacrificios o rituales, es por ello
que Jesús tomó tu lugar para que puedas hoy nacer de nuevo y rendir tu vida completa a
aquel salvador.
LA HISTORIA MAL CONTADA
Pero tristemente y esto ya viene de tiempo, estamos inmersos en un mundo caído y
corrompido por el pecado donde estos días y su gran magnitud espiritual para el mundo
está siendo tapado por muchas otras atracciones terrenales que se nos presentan estos
días: feriados largos, entretenimientos, huevos de pascuas y variedad de distracciones que
ponen un manto sobre la verdadera esencia de esta fecha tan especial. El mundo utiliza
estos días para enredar a las personas en infinidades de ofertas y distraernos del
verdadero propósito trascendental en la muerte y resurrección del salvador. Es claro notar
que lamentablemente se repite la misma historia que hace más de 2 mil años aquellos
religiosos quisieron opacar la obra de Dios al mundo por medio de oposiciones, negando
que era el Mesías, burlándose de él y según ellos “matando” y/o haciéndole desaparecer de
la faz de la tierra sin saber que fueron instrumentos para que la obra divina se cumpla al pie
de la letra. Y esto mismo se vuelve a repetir en nuestros días por medio de distintos
pasatiempos y afanes que se oponen al mensaje verdadero y lo quieren hacer desaparecer
o más bien tapar y ahogar para no visualizarlo. La lucha espiritual hasta la encontramos en
que aun muchos “cristianos” no saben que se celebra estos días, no tienen idea de tal
acontecimiento y esto es muy preocupante y alarmante. El mundo y sus maquinaciones
está tapando la verdadera razón de la pascua, como ocurrió en aquel huerto el Diablo
engañó a nuestros representantes y lo mismo sigue haciendo hoy engañando a las
personas y haciéndoles creer que estos días son para salir a comprar huevos de pascua,
comer pescado y relajarse de la rutina semanal. El arma del enemigo es la misma de
siempre: engañar y seguir engañando mostrando una “aparente verdad” que cautiva el
corazón del hombre y lo hace perder en una mentira que tapa la verdad y endurece el
corazón.
LA HISTORIA ESCRITA
La historia ha quedado registrada en el libro de la sabiduría que es la Biblia, la palabra de
Dios donde podemos encontrar la historia más grandiosa de redención y salvación para
toda la humanidad caída y engañada por el Diablo. Esta historia tan maravillosa ha quedado
escrita desde hace muchos años para que nadie pueda agregarle o quitarle contenido, es
una verdad absoluta e inerrante escrita por Dios mismo de modo que todos podamos
contemplarla y conocerla. Es la historia que muestra la naturaleza de Dios y su carácter
Santo, Justo y amoroso. La historia tiene muchos matices, mucha historia, muchas pruebas
de la obra de Dios desde los primeros tiempos hasta el tiempo de Jesús en la tierra y aún
de aquellos primeros discípulos que promovieron la predicación del arrepentimiento de
pecados para alcanzar a los perdidos después que Jesús ascendió a los cielos. Esta
historia ha quedado escrita para que no seamos engañados con cuentos huecos y/o
costumbres humanas que solo intentan opacar la verdadera razón de lo ocurrido. La
necesidad de dar a conocer esta historia es urgente y no debe alterarse de ninguna manera.
LA POSICIÓN DEL CREYENTE EN ESTOS DÍAS
Sabemos que podemos presentar distintas posturas y pararnos en ellas sin movernos.
Algunos creyentes directamente no le dan importancia o ignoran y algunos otros pueden
pensar y están en toda su razón, que como no sabemos la fecha exacta no debemos hacer
nada ni mucho menos celebrar algo que celebra el mundo, aunque sin conocimiento
(también suele ocurrir lo mismo con la fecha de navidad). Pero creo firmemente que no
hacer nada es sinónimo de pereza espiritual y una mala conciencia de la predicación del
evangelio “a tiempo y fuera de tiempo”. Claro nosotros como hijos de Dios no podemos
esperar a que lleguen estos días para predicar, debemos hacerlo en cada oportunidad que
se nos presente, pero si tan solo observamos lo engañado que está el mundo con estas
fechas festivas y encima que prácticamente son mundiales y no hacemos nada tan solo
porque no sabemos “si es o no la fecha” es contrario a lo que nos enseña la palabra de Dios
en que debemos ser LUZ de este mundo.
En medio de tanto engaño que visualizamos en estos días es nuestra responsabilidad traer
Luz sobre estos asuntos y alumbrar la conciencia de las personas por medio del mensaje de
salvación, aunque ellos estén errados o equivocados, no debemos olvidarnos que están bajo
el lazo del Diablo y sus mentes están engañadas pensando que con cumplir ciertos rituales
(en estos días) tendrán un lugar en el cielo y salvará su alma, no obstante como hijos de
Dios somos quienes podemos traer luz sobre estos asuntos y de esa manera mostrarles la
verdadera historia escrita y no la que les han contado. La Iglesia es la luz que necesita estar
encendida y en tiempos de tanta confusión y engaño, somos el reflector prendido ante tanta
oscuridad. Tenemos la verdad y la verdad es la que prevalece y alumbra de tal manera que
puede resplandecer entre tantas tinieblas. Si permanecemos en la Luz, entonces no la
esconderemos debajo del almud tan solo por “pararnos en una postura”, que aunque nos
parece válida pueden desviarnos del verdadero fin en estos tiempos que es la proclamación
del evangelio.
HISTORIA ESCRITA DE LA PASCUA
Terminaré este artículo solo dando un significado básico (resumido) pero práctico de la
pascua sin ahondar ni profundizar con el fin de que cada lector pueda obtener una idea
objetiva.
La Pascua, esta palabra “pascua” significa pasar por alto. En la antigüedad según nos
relata la Biblia, Dios rescato a su pueblo una noche donde la muerte le llegaría a todos los
hijos varones de las familias (en aquellos tiempos y tal vez hasta hoy inclusive, era muy
importante y digno el haber tenido el primer hijo varón), pero este espíritu de muerte estaba
limitado a una marca en las puertas (dinteles) de las casas con lo que Dios mismo mandó a
su pueblo a que pinten las puertas así el ángel de la muerte cuando pase por los hogares
“pasaría por alto” esas casas y no entraría la muerte a los primogénitos. Aquellas puertas
pintadas con la sangre de un cordero sacrificado (limpio y sin defecto) fue lo que impidió
que la muerte entre a esas casas, pero, por otro lado, fue una tragedia en todos aquellos
hogares que no tenían las puertas pintadas con la sangre del cordero y la muerte entró e
hizo su cometido a cada primogénito. Esa noche fue altamente gloriosa para algunos y
tenebrosa para otros, Dios de esta manera no permitió que la muerte llegue a los hogares
de sus hijos con el objetivo de sacarlos de la esclavitud que vivían por medio de la mano de
Faraón, el cual junto a otros más tuvieron que padecer la muerte de sus hijos, dando fin a la
esclavitud del pueblo de Dios y doblegando su brazo para soltarles y darles la libertad.
Este evento del pasado fue una clara sombra de lo que vino a hacer Jesús en la tierra, el
Hijo de Dios. Jesús, el carpintero, fue ese cordero limpio y sin defecto que entregó su vida
voluntariamente, para libertad y salvación de las almas perdidas y esclavas del pecado. Su
sangre es la que hoy puede pintar tu corazón (ilustrativamente) y de esa manera borrar tu
pasado y escribir una nueva historia junto a Él. La sangre de este cordero tiene poder para
quitar de tu vida la muerte espiritual y “pasar por alto” todos tus pecados para que ya no
seas esclavo del mismo. La sangre ya fue derramada, el cordero ya fue sacrificado y este
evento aún tiene vida y poder para todos aquellos que acepten este sacrificio y puedan ser
alcanzados para salvación por medio de la pascua que es Cristo Jesús, quien es el único
que “puede pasar por alto” toda maldad y darnos vida abundante y eterna. Al hablar de su
sangre me refiero a su muerte, no es que la sangre en sí tenga poder, sino su sacrificio.
Pero esta obra de redención tuvo su mayor magnitud con la resurrección de Jesús, al tercer
día la tumba quedó vacía, ¡el cuerpo del maestro no estaba en el sepulcro! El poder de Dios
lo levantó de los muertos y resucitó, haciéndose visible ante muchas personas a tal punto
que uno de sus discípulos llamado Tomás tocó sus heridas y comprobó que este había
resucitado. La pascua es un evento de muerte, pero también de resurrección, Jesús murió
en lugar de los hombres pecadores (Él puso su vida tomando nuestro lugar) y al resucitar
otorgó vida a aquellos que se arrepienten en fe. La pascua es una sola y no son “las
pascuas”, el evento es único y suficiente, fue en el pasado, pero aún repercute y lo seguirá
haciendo por la eternidad, mientras estemos en esta tierra debemos tener conciencia de
este hecho y reflexionar profundamente sobre esta historia que ha sido mal contada. Una
sana conciencia de la obra de Dios a favor de tu vida puede salvarte de una eternidad sin
Dios. “No te creas el cuento del tío” y que esta verdadera historia escrita sea Luz a tu vida
alumbrando tu entendimiento y corazón para la salvación de tu alma en Jesús, nuestra
verdadera pascua.
VERDADES INERRANTES DE LA HISTORIA ESCRITA
Dios ofreció a Jesucristo para hacer posible, por medio de su muerte, el perdón de los
pecados. El perdón se recibe a través de la fe. Él ofreció a Jesucristo como sacrificio para
demostrar que él siempre es justo en lo que hace. Lo demostró en el pasado cuando en su
paciencia pasó por alto los pecados de muchos, y también ahora al aprobar a todo aquel
que confía en Jesús. Romanos 3:25-26 PDT
Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. 1 Corintios 5:7
Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto,
desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del
cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella
noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto,
porque no había casa donde no hubiese un muerto. E hizo llamar a Moisés y a Aarón de
noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a
Jehová, como habéis dicho. Éxodo 12:29-31
Esa noche pasaré por la tierra de Egipto y heriré de muerte a todo primer hijo varón y a la
primera cría macho de los animales en la tierra de Egipto. Ejecutaré juicio contra todos los
dioses de Egipto, ¡porque yo soy el Señor! Éxodo 12:12 NTV
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