UN CORAZON ARREPENTIDO
«Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.» Salmos 51:1
El arrepentimiento es el primer acto de fe que da el cristiano al acercarse a Jesús, pero también debe ser un acto constante y permanente ya que necesitamos arrepentirnos, diariamente, de nuestros pecados.
Todos aquellos que entienden que deben arrepentirse es porque realmente tienen conocimiento de Dios y su Palabra, un Dios Santo que aborrece el pecado y su Palabra que nos enseña a comportarnos conforme su voluntad y sus principios. Esta verdad podemos verla reflejada en la oración de David al manifestar el conocimiento que tenía de Dios “conforme a tu misericordia”, “conforme a la multitud de tus piedades”.
La súplica de arrepentimiento del salmista se basaba en el conocimiento que tenía de Dios rogando piedad y perdón. El salmista luego de ser confrontado por su pecado corrió a su salvador en arrepentimiento y alzó su voz en oración para que su rebelión sea borrada.
Un corazón arrepentido es aquel que se duele y lamenta haber fallado a Dios, se entristece porque ha caído en pecado y fue seducido por el. El arrepentimiento es el primer paso en busca de restauración y debe ser un acto rápido y sincero ante Dios. NO podemos caer en el error de quedarnos con sentimientos de culpa y/o lamentarnos solamente! si actuamos así nos hundiremos en soledad y angustia donde será muy difícil levantarse o salir, y mientras estemos en esa postura seremos mas y mas vulnerables a caer nuevamente en pecado y hasta en ocasiones ser esclavos del mismo.
David, en este salmo, nos ha dejado un verdadero ejemplo en cómo poder acercarnos a Dios en arrepentimiento, “ten piedad de mí, oh Dios”. La evidencia primaria de todo creyente es el arrepentimiento de sus pecados, y nuestra conversión se basa en estas 3 verdades que el arrepentimiento nos otorga:
- Dolor por el pecado (hemos entristecido el corazón de Dios, hemos silenciado su E. Santo en nosotros, le hemos dado la espalda al sacrificio de Jesús).
- Confesión de nuestro pecado y apartamiento.
- Cambio de dirección hacia lo que Dios y su Palabra nos conduce (Volver a la fuente).
Cuando oramos en arrepentimiento, lo más importante es saber que Dios está dispuesto a perdonarnos y acompañarnos en nuestra restauración, sea cual sea el pecado.
“Mucho gozo hay en el cielo cuando un pecador se arrepiente” (Lucas 15:7a)
Bendiciones, Pr Denis
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