UN REFUGIO SEGURO
Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Salmos 18:2
En este versículo, en el cual hoy meditamos podemos encontrar a David declarando convicciones que pudo apreciar de su Dios luego de ciertos sucesos que atravesó. Sin lugar a dudas al leer y releer solo este texto podremos encontrar muchas afirmaciones de lo que Dios es, pero por otro lado nos ayuda (o invita) a poder reflexionar en nuestras vidas: Si lo estamos experimentando según la verdad que nos declara el salmista. Podemos pensar que: “lo que dice el texto es verdad” y realmente así lo es, pero en esta ocasión es bueno preguntarnos, en medio de la situación estás atravesando, si lo estás experimentando así. ¿Es Jehová tu roca? tu castillo? tu libertador? tu fortaleza? tu confianza? tu escudo? tu fuerza? tu refugio? ¿Cuántas preguntas, verdad? Pero haciendo este breve ejercicio nos ayuda mucho a examinar nuestras vidas y más allá de las verdades que leemos poder evaluar y tomarnos un tiempo de oración para pedirle a Dios que nos ayude a confiar en Él como lo hizo David.
Un solo texto nos da muchas razones y afirmaciones para atravesar los distintos procesos que estamos enfrentando. Hay refugio en nuestro amado Dios quien nos puede dar fortaleza, consuelo, firmeza, confianza y libertad para ayudarnos y socorrernos cualquiera sea nuestra situación.
Mi oración en esta semana: “Señor ayúdame a vivir en tus verdades, confiar en ellas y abrazarme de ellas ante cualquier inquietud que pueda venir o atravesar”.
(tomate unos minutos y te invito a leer, nuevamente, las preguntas realizadas anteriormente y puedas orar a Dios)
Bendecida semana, Pr Denis Cifuentes.
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