CUANDO LAS CIRCUNSTANCIAS NO SON EL PROBLEMA
¿Quién no ha oído decir que hay que tener cuidado con lo que pedimos?, en aquella noche de una gran tormenta Pedro y los discípulos estaban en una barca y Jesús se presenta sobre el agua caminando. Y ahí encontramos a Pedro y su pedido: «Pedro dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas». Muchas veces pareciera que no recibimos respuesta, pero esa noche fue instantánea, Jesús le dijo: «ven». Ahí emprendió este valiente pescador su caminata sobre el agua, no sabemos cuántos pasos dio, pero sí que él camino sobre el agua hacia Jesús.
Pero en
medio del milagro algo pasó; Pedro miró el fuerte viento, las olas que azotaban
y comenzó a hundirse a tal punto que clamó por su vida: «sálvame».
El viento
era real, la tormenta era fuerte (no debemos evadir la realidad) pero Pedro sostenido en las palabras de Jesús
pudo vivir el milagro por unos momentos, pareciera que las «CIRCUNSTANCIAS»
determinaron la derrota, el que él se hundiera y hasta corriera peligro su
vida.
Hay un
punto a destacar, las olas, el viento fuerte y contrario ya estaba cuando Pedro
hacía tiempo, leemos en Juan 15 que cuando aparece Jesús los discípulos ya
habían remado entre 25 y 30 estadios, es decir cerca de 4500/5400 Km.
El viento
fuerte y contrario, las olas que azotaban la barca previamente eran las mismas que
había al momento en que Pedro comenzó a hundirse. Las «circunstancias, el entorno NO habían cambiado»,
lo que cambio es donde puso Pedro su mirada.
Muchas
veces creemos que lo que nos hace tambalear son las circunstancias que
enfrentamos, de la vivencia de Pedro podemos destacar que no son las
circunstancias sino nuestra perspectiva de ellas, al sacar la mirada de Jesús,
Pedro se olvidó quien lo había convocado.
No dejes
que las circunstancias te hagan perder el milagro, ni siquiera las uses por
excusas porque si hay una Palabra y miras a Jesús podes estar seguro que
llagarás a buen puerto.
Bendecida
semana. Pr Pablo
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