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SUELTA PALABRAS DE BENDICIÓN


«Por tanto, alentaos los unos a los otros, y edificaos el uno al otro, tal como lo estáis haciendo».1 TES 5.11

Según nuestra personalidad emitimos palabras, algunos hablan «hasta por los codos» como se dice aquí en Argentina, otros hay que sacarles las palabras con un tirabuzón, pero todos las usamos. Hay tantas palabras que llegan a nuestros oídos y de todo tipo y lo mismo en sentido contrario, hay tantas palabras que salen de nuestras bocas.

Lo que sale de la boca de otros no podemos gestionarlo pero sí podemos trabajar en lo que sale de nuestras bocas, el apóstol escribe y nos lleva a la reflexión: ¿Qué estamos haciendo con nuestras palabras?.

El desafío es que sean de aliento, fortalezca y de edificación, es decir, constructivas, cuantas veces nuestras palabras van con condimento, pero un condimento que produce no un buen sabor sino más bien que duele, limita, lastima o neutraliza al otro.

Como hijos de Dios nuestro deber es soltar palabras de bendición, palabras de aliento, palabras que edifiquen, no me refiero a lo que hoy se llama «confesión positiva» (dilo y será), se trata de otra cosa, se trata de un corazón sano que bendice, alienta, fortalece a aquel que tiene al alrededor.

Esta semana te desafío a que tus palabras sean de aliento al que esta desanimado, que tus palabras sean de oportunidad y no derrota, aún cuando estes por soltar una palabra “destructiva” el Espíritu Santo te amoneste y la cambies a tiempo.

Que tus palabras solo bendigan y traigan libertad, buena semana. Pr Pablo

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