CAMINO A EMAÚS
Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. Y conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. Lucas 24:13-14 - La Biblia de las Américas
Te invito a que nos sumemos al andar de dos discípulos en un viaje hacia Emaús, una pequeña aldea. Probablemente ellos hayan hecho este recorrido en otras oportunidades, pero hoy es un viaje particular, su estado de ánimo no es el mejor, venían de días difíciles.
En esos largos 11km de viaje se ponen a hablar entre sí “de las cosas que habían acontecido”, particularmente se refiere esto a la muerte de Jesús, su maestro.
Pensemos por un momento, Jesús era su fuente de inspiración, el sustento de su fe, quien los había guiado en los últimos años, pero ahora estaba muerto y de una manera muy deshonrosa, ellos estaban realmente desorientados y en ese largo camino hablan de todo eso.
Seguramente ninguno de nosotros ha caminado hacia esa aldea llamada Emaús, pero todos transitamos esos kilómetros polvorientos donde el dialogo, la charla surge de lo que estamos viviendo, de los acontecimientos sobre todo en tiempos de frustración, de dolores, cuando las cosas no salen y hasta parece que fuente de fe ha fallado, así se sentían Cleofas y su compañero y quizás vos también en este momento.
Pero algo ocurrió, nos dice la Biblia que: "Y sucedió que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos" (V. 15). Como un extraño, haciendo de cuenta que no sabía nada de las cosas que habían pasado, así Jesús camino con ellos, escuchando sus dolores, sus frustraciones, pero solo acompañándolos hasta un momento donde ellos se dieron cuenta que este visitante era Jesús mismo, El no estaba muerto, El había resucitado tal cual había prometido.
Quizás hoy vas camino a Emaús, con dolor, cansancio, enojo, hablando de lo que pasó, de lo que no fue, de las expectativas no cumplidas y aun sintiendo la ausencia de Dios, pero de la misma manera que Jesús resucitado se paró a la par de aquellos discípulos, los escuchó y acompaño así el Jesús resucitado quiere acompañarte. En el camino, en el tiempo que compartieron Jesús les recordó lo que Él había hecho y lo que Él había prometido y así ellos tomaron fuerzas y su fe revivió.
El desafío es que si vas camino a Emaús puedas recibir el aliento del Jesús resucitado y sino que puedas tener una palabra de aliento y esperanza para aquellos que si están transitando esos tiempos.
Bendecida semana, Dios te sorprenda. Pr Pablo
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