ES TIEMPO DE ORAR
«y se humilla Mi pueblo sobre el cual es invocado Mi nombre, y oran, buscan Mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces Yo oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra» 2 Crónicas 7. 14
De norte a sur, desde la cordillera al Atlántico, los que tienen mucho, los que tienen poco o nada, los preparados y los más simples, los creyentes y aún los ateos, toda nuestra nación está viviendo tiempos difíciles, tiempos de récord de enfermedad y muerte. Tiempos de vivir al límite, de fatiga emocional, de inestabilidad económica y de una deteriorada autoridad del gobierno.
En medio de esta realidad que vivimos como Iglesia, como verdaderos discípulos, debemos vivir responsablemente.
No alcanza con orar porque nuestro entorno sea guardado, por tener lo necesario, sino que nuestra responsabilidad en Dios es tomar un papel protagónico orando, intercediendo por nuestra nación.
El día de mañana, martes 25 de mayo a las 12 del medio día cristianos de todo el país nos uniremos en oración a Dios por Argentina.
Es necesario doblar nuestras rodillas y el corazón, buscar el rostro de Dios, reconocer nuestro pecado, la indiferencia, la apatía y pedir misericordia a Dios.
Que Dios sane nuestra tierra, que Él extienda su mano de poder. Pero es indispensable para esto que como Iglesia entendamos nuestra responsabilidad y la asumamos.
Las puertas de las iglesias pueden están cerradas pero la Iglesia de Cristo debe estar de rodillas ante su Señor y de pie ante el mundo proclamando la verdad.
Nos sumamos a la oración por:
La finalización de la pandemia.
Sanidad de los enfermos y consuelo para las familias que perdieron seres queridos.
La difícil situación que atraviesa nuestro país.
El martes que nuestra oración se una a los miles en Argentina que lo harán.
En esta semana con circulación limitada, donde muchos estarán mas quietos, que día a día podamos estar en oración intercesora por nuestra tierra, este es el desafío para esta semana.
Que se note en el mundo natural que la Iglesia se pone de rodillas clamando a su Padre.
Bendecida semana, Pr Pablo.
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