FAROLES «Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». JUAN 8.12 Hace años atrás existía un oficio que era el de «farolero» , éste tenia asignado una determinada cantidad de faroles ubicados en las calles, él debía todas las noches a cierta hora ir prendiendo los mismos para que las calles estuviesen alumbradas, no solo debía prenderlos sino también limpiarlos y mantenerlos en condiciones. Como dato de color aquí en Argentina el último farol a kerosene de Buenos Aires se prendió en 1931. Este oficio hoy innecesario y obsoleto tenía en aquella época una gran importancia, sin los faroleros las noches eran totalmente oscuras, si uno de ellos no cumplía su función esa zona se tornaba peligrosa. Hoy no son necesarios aquellos faroleros, pero siguen siendo necesarios y más que nunca aquellos que deben (debemos) llevar la luz que disipa las oscuridades más profundas, las del alma, las del corazón...
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17. Te compartimos contenido basado en la Biblia, sabiendo que ella es infalible, inerrante y todo suficiente para cada área en la vida del hombre. Nuestro deseo: desafiar, animarte y fortalecer tu vida.